ENCUENTRO DIOCESANO DE CATEQUISTAS
ZIPAQUIRÁ 2022
“En el conjunto de los ministerios y de los servicios, con los cuales la Iglesia lleva a cabo su misión evangelizadora, el ministerio de la catequesis ocupa un lugar relevante e indispensable para el crecimiento de la fe. Este ministerio introduce a la fe y, junto con el ministerio litúrgico engendra a los hijos de Dios dentro de la Iglesia. Por lo tanto, la vocación específica del catequista tiene su raíz en la vocación común del pueblo de Dios, llamado a servir al plan salvífico de Dios en favor de la humanidad” (DC 110).
En el contexto del mes de agosto, mes de la Catequesis, mes del Catequista; como tradicionalmente se ha celebrado en la Iglesia, según la fiesta de San Pío X – patrono de los catequistas, la Delegación Episcopal de Catequesis de la Diócesis de Zipaquirá celebró el pasado 20 de agosto, el Encuentro anual Diocesano de Catequistas. Hubo un espacio de tres años en los que no fue posible la realización del evento, a razón de la situación sanitaria del país, por tanto, ésta fue una nueva oportunidad para reavivar el espíritu de nuestros catequistas y el gozo de continuar ‹‹caminando juntos›› en esta vocación, en comunión con el llamado que nos hace la Iglesia.
En esta ocasión contamos con la participación de 25 sacerdotes y 676 catequistas de nuestra diócesis. Un día de reencuentros, de compartir, de grandes experiencias, de crecimiento en la fe.
En el transcurso de la semana nos preparamos con la novena a San Pío X, y los espacios de formación virtual. Ya en el encuentro, luego de la bienvenida, se dio apertura con el saludo de Monseñor Héctor Cubillos Peña, pastor de la diócesis de Zipaquirá. En su saludo, monseñor animó a los catequistas a continuar con su misión de servicio a la Palabra: “Id y haced discípulos, la misión fundamental de la Catequesis dentro la misión de la Iglesia… cada uno de ustedes (catequistas) debe encontrar en el rostro de cada niño, de cada niña, de cada joven, ese rostro de Aquél que ha sido llamado a ser discípulo misionero, ese rostro que debe encender en ustedes el amor y el anhelo de hacer posible, de contribuir para que estos rostros, estos niños, estos miembros de nuestra comunidad diocesana puedan también llegar a ser auténticos y verdaderos discípulos misioneros de Cristo y de la Iglesia”.
A continuación, hubo un espacio de crecimiento en la fe con la ponencia: “Nuevos retos pastorales a la luz del nuevo DC”. Con la dirección del presbítero Francisco Mejía Montoya, director del departamento de Catequesis y Biblia – Conferencia Episcopal de Colombia. Un espacio de fraternidad y actualización catequística que enfatizó en los desafíos presentados por el nuevo Directorio para la Catequesis (2020) con el ánimo de que, orientados por el Espíritu Santo y la doctrina de la Iglesia, podamos comunicar la verdad del Evangelio con un lenguaje que responda a los escenarios e interlocutores de esta época.
Como gran alegría vivimos la celebración de la Eucaristía, en la fiesta de San Pío X. Presidió monseñor Carlos Gómez, vicario general de la Diócesis; en su homilía destacó el verdadero sentido de la tarea de los catequistas: “nuestra tarea como catequistas no es meramente un oficio o un trabajo, sino que parte de una relación sincera de amor o amistad con Jesús… si amamos a Jesús, esto debe reflejarse en nuestra vida”.
Al finalizar la Eucaristía, en una breve ceremonia de grados se hizo entrega del certificado de formación de la EFCCA, a 57 catequistas que han aprobado y culminado su proceso de formación.
Así, culminamos el día entre alegría, compartir, serenata, detalles y servicio. La Delegación Episcopal de Catequesis, en cabeza de nuestro obispo, Monseñor Héctor Cubillos Peña, con el patrocinio de San Pio X, agradece la disponibilidad de las comunidades parroquiales de nuestra diócesis para la participación en este encuentro diocesano, y anima a cada uno de los Catequistas a continuar respondiendo al llamado que el Señor les ha encomendado en este ministerio.
“El catequista es consciente de haber recibido un don, el don de la fe, y lo da como don a los otros. Y esto es hermoso. ¡Y no se queda para sí su tanto por ciento! Todo lo que recibe lo da. No se trata de un negocio. Es puro don: don recibido y don transmitido” Papa Francisco